lunes, 22 de octubre de 2012

Las ventajas de ser invisible


Generalmente, vemos películas para entretenernos, para saltar a mundos alternos, que pueden ser fantásticos o no, pero que definitivamente nos colocan en un contexto diferente al que generalmente vivimos, para salir de la cotidianidad y olvidarnos de nuestros problemas por 90 minutos, aproximadamente. 

Normalmente, vemos películas con grandes efectos especiales y mucha producción, pero a veces, nos topamos con películas más sencillas, pero con un guión excelente, muy bien trabajado y que no sólo nos entretiene, sino que nos enseña cosas, nos hace preguntarnos acerca de la vida y cuestionarnos los temas importantes del amor y la amistad.

The Perks of being a wallflower (Las ventajas de ser invisible, en México) de Stephen Chbosky es una de estas películas, con un excelente guión, que nos hace cuestionarnos y recordar las cosas que le dan sabor y significado a la vida.

La historia se centra en Charlie (Logan Lerman), un chavo que está entrando en la preparatoria y que desde el primer día, está preparado para ser "invisible", pasar desapercibido, sin pena ni gloria, a pesar de ser muy inteligente y culto (cosas que en las preparatorias de E.U.A. no es tan apreciado por la comunidad estudiantil en general).

Pero para fortuna suya, encuentra a Patrick (Ezra Miller) y Sam (Emma Watson), dos estudiantes de último año, hermanastros, que son lo que en general se diría, los "raros del salón"; y con quienes iniciará una amistad que lo llevará a conocer la vida preparatoriana y mucho más que eso. No les arruinaré la sorpresa con spoilers, pues me parece que es una película altamente recomendable, que vale mucho la pena ver, por la calidad de la historia y sus personajes. Así que les contaré acerca de varias de las cosas que me hizo pensar este filme tan bueno.


Primero, les contaré que fui a verlo por obra del Destino, porque unos buenos amigos me invitaron a verlo, casualmente. Accedí y a decir verdad, no tenía idea de lo que iba a ver. Pero desde el principio, me metí en la película. No fue difícil identificarme con el personaje principal, un chavo con gran interés por los libros y el deseo ferviente de ser escritor, muy familiar y con gran corazón. A pesar de su pasado trágico, Charlie se halla dispuesto a seguir adelante con su vida, por más difícil que esto pueda resultar.

Muchas veces nos preguntamos ¿por qué la gente buena pasa por cosas malas? Siempre nos han dicho que a la gente buena le pasan cosas buenas, que si actúas correctamente serás siempre recompensado. Hasta cierto punto, esto es cierto. Sin embargo, la vida es una escuela y a todos nos toca aprender lecciones muy duras. Es siempre más difícil ser noble y virtuoso que lo opuesto, eso es un hecho.

Ciertamente podemos atravesar por lapsos en los que parece que todo está mal y que no podemos resolver nada, sin embargo, es en esos momentos en los que debemos permanecer firmes y luchar. Tener esperanza cuando todo lo demás se ha perdido y continuar nuestro camino. Siempre es positivo pensar, que aquello que nos agobia hoy será algo de lo que nos reiremos mañana, y casi siempre es cierto.

Otra pregunta que me hice al ver el filme, es ¿por qué gente buena termina con gente que no las merece? Sí, nos ha pasado que conocemos a alguien que es una persona noble, de buenos sentimientos, inteligente y hasta guapa con buen cuerpo y termina con gente que es lo opuesto. ¿Cómo pasó eso? Y lo peor es cuando una buena amiga, un primo o quien sea, se encuentra enredado es esas situaciones.

En la película, dan una respuesta a esta pregunta: Aceptamos el amor que creemos merecer. A veces pensamos que no podemos aspirar a más, que nos quedaremos solos y ese miedo, a la soledad, es uno que atrae muchos problemas consigo, haciendo que incluso no nos valoremos. Peor si es una persona que queremos a la que le pasa eso, ya que no puedes sacarla de ahí por ti mismo, sino que es ésa persona quien debe darse cuenta y actuar.

Afortunada o desafortunadamente, no hay nada que podamos hacer al respecto, y esto se relaciona con otro cuestionamiento: ¿Por qué no podemos salvar a las personas que amamos? Todos hemos pasado por momentos en los que vemos a nuestro mejor amigo deprimido por alguna razón, en la que nuestro hermano se halla hundido en sus problemas o nuestro vecino se agobia por la vida.

En algunos casos, podemos ayudarlos a salir de su dilema, actuando junto a ellos, proporcionándoles consejo o algunas palabras para alentarlos. Pero también, nos daremos cuenta con el tiempo, que no siempre podemos ayudarlos, salvarlos, no importa cuán duro tratemos, ni cuánto nos esforcemos, a veces no es posible. Y resulta ser, que la respuesta es, que no podemos salvar a quien no quiere ser salvado, por mucho que nos duela y por más difícil que nos resulte.

Sí, la vida puede ser dura, muy dura. Nuestros esfuerzos resultan inútiles y nos sentimos impotentes, de no poder hacer más por las personas que amamos. Nos decimos a nosotros mismos que no los dejaremos, y así es, pero no podemos hacer mas que estar ahí y esperar a que salgan de esa obscuridad.

Otro pensamiento, me llevó a preguntarme acerca de la amistad. Muchos pensadores afirman que “amistad que termina, es que no había comenzado” o “la amistad trasciende vidas”, lo que nos dice que la amistad es “para toda la vida”. El ideal de la amistad (como el del amor) afirma que no importa el tiempo ni la distancia, siempre durará. Pero existen momentos decisivos en nuestra vida, en los que las personas salen de ella, por una u otra razón.

Es ahí donde surgen las interrogantes ¿fue amistad o sólo una ilusión? ¿la amistad tiene fecha de caducidad? Es difícil desprenderse de un amigo, aun cuando ya no actúe como tal con nosotros. Probablemente se haya creado cierta distancia con ellos, por algún problema o enfrentamiento, algún malentendido, la falta de tiempo para verse…

No lo sé, pueden ser tantas cosas. Sin embargo, en el filme se aprende algo, que no importa cuán lejos (literal o metafóricamente) estemos de nuestros amigos, la amistad que vive en nuestro corazón es la llama que no debe apagarse, mientras estemos dispuestos a estar ahí para ellos, cuando nos necesiten; cuando escuchemos el llamado y atendamos, cuando nos llamemos para tomar ese café o esa cerveza y nos dé tanto gusto encontrarnos, ahí vive la amistad.

Y es que The Perks of being a wallflower (Las ventajas de ser invisible) finalmente llega a una conclusión: la vida se trata de pequeños momentos, de instantes que capturan nuestra alegría y se traducen en felicidad.  De que en la vida debemos centrarnos en el aquí y en el ahora, viendo al pasado sólo para recordar los buenos momentos que disfrutamos y las cosas que aprendimos; y al futuro con la esperanza de que todo estará bien. Ahí perdemos nuestra finitud y nos volvemos infinitos, por un instante, mismo que captura la eternidad.