viernes, 1 de octubre de 2010

La Bella y la Bestia

La Bella y la Bestia, supongo que la gran mayoría habrá alguna vez visto la famosa película de Walt Disney que se basaba en este bello cuento de Beaumont, que a su vez hizo su adaptación del original de Villeneuve, donde el terrible hechizo que mantenía a un príncipe prisionero en su castillo, con apariencia monstruosa, se rompe gracias al poder del amor entre éste y una hermosa y joven campesina que aprende a ver más allá de las apariencias.

Como muchos cuentos, éste podría considerarse como un mero invento para contar a los niños antes de dormir. Sin embargo, posee toda una significación oculta trás los personajes, lugares, objetos y situaciones que se presentan. El cuento original posee en sí mismo una carga simbólica muy fuerte que se repite y se reafirma en la versión animada de Disney, que agrega otros elementos que enriquecen la historia y su significado.

La historia original nos cuenta, a resumidas cuentas, de Bella, hija de un mercader que se pierde en el bosque cuando va en un importante viaje de negocios. Sus otras dos hijas, materialistas y superficiales, le piden vestidos y joyas a su regreso, en tanto que Bella sólo le pide una rosa. En el bosque tenebroso, el mercader descubre un majestuoso castillo, al que entra para escapar de los lobos hambrientos y ponerse a salvo.

Dentro, todo está perfectamente colocado para un banquete, pero no hay nadie en el palacio. El mercader come y bebe, pensando que un hada buena le ha acogido. Duerme plenamente sobre un lecho cálido y suave y despierta para encontrarse con finas ropas hechas a su medida, que él se pone inmediatamente.

Al irse, descubre un fantástico jardín que en el interior tiene las rosas más espléndidas que había visto. El mercader corta una para su hija, pero en ese instante aparece la Bestia, un terrible ser, monstruoso y enorme, que feroz se avalanzó sobre él amenazándolo de muerte por la ingratitud de cortar sus rosas, su posesión más valiosa, después de haber sido atendido como un rey en su castillo.

El mercader ruega por su vida pidiendo por su familia. La Bestia lo deja ir a despedirse y le da un cofre con tesoros para sus hijos, diciéndole que otro puede tomar su lugar si así lo deciden. El mercader regresa a casa y cuenta a sus hijos lo ocurrido. Bella decide tomar su lugar, ya que fue su deseo el tener una rosa, y parte hacía el castillo de la Bestia.

En el castillo se ve colmada de atenciones y le es dicho que ella es la reina del palacio, contrario al destino fatal que pensó le esperaba. Todos los días, la Bestia se hace ver en la cena, donde platica con Bella. Ella poco a poco va descubriendo la ternura y la virtud ocultas en el monstruo, que día tras día pide su mano en matrimonio, a lo que ella responde en negativa cada vez.

Pero la joven extraña su hogar. La Bestia le permite ver a sus hermanos y a su padre a través de un espejo mágico para descubrir que su padre esta terriblemente enfermo. Ella le pide que la deje ir a verle. La Bestia accede, pero a cambio de que prometa que regresara en el plazo de siete días. Bella parte con su promesa, pero con una advertencia previa: si ella no vuelve, la Bestia morirá.

Visita a su familia. Sus hermanos y su padre estan felices de que haya regresado. Ella les cuenta que vive fantásticamente en el castillo y que la Bestia es un ser gentil y noble. Sus hermanas, celosas, deciden retrasarla para que no pueda cumplir su promesa. Se tallan los ojos con cebolla para inducir el llanto de la falsedad y hacen que se quede más tiempo, rompiendo su promesa.

Ella regresa al castillo, donde busca a la Bestia por todos lados sin encontrarlo. Finalmente lo halla tirado en medio de su jardín de rosas, agonizante. Él le dice que se alegra de verla por última vez, ella llora consolándolo. Finalmente, en su último suspiro, ella le dice que si se casará con él. Entonces todo resplandece y la Bestia se transforma en un apuesto príncipe. La maldición se rompe y ambos viven felices por siempre.

El cuento se encuentra íntimamente relacionado con el mito de Eros y Psiquis que podemos encontrar narrado en el Asno de Oro de Apuleyo, donde Psiquis es raptada por Eros, dios del amor, donde ella vive en un hermoso palacio en el cielo, rodeada de lujos y riqueza, pero él se hace invisible porque no quiere ser amado por su condición divina. Ella cae en la tentación de verle en la noche mientras duerme, por consejo de sus hermanas, celosas de ella, y derrama aceite sobre su brazo. Herido y decepcionado, Eros la abandona. Entonces ella tiene que pasar varias pruebas para demostrar su amor y finalmente vive feliz junto a su amado por la eternidad.

En el cuento, la lección primaria viene explícitamente, donde dice que la Virtud se encuentra por encima de la belleza y la inteligencia, pues el hechizo no sólo hacía monstruoso al príncipe sino que también lo volvía muy torpe, y que el amor puede vencer incluso la magia más poderosa. Pero existe aún más en lo profundo de esta historia.

En un inicio observamos a Bella, la doncella, imagen clara de la divinidad femenina, que en otros cuentos (y mitos) también aparece como una figura hermosa, gentil, llena de encanto y bondad. Es la que colma de gracia a los héroes después de haber pasado las pruebas, aunque en esta historia juega un papel dual, ya que ella también es probada para alcanzar la plenitud.

Es Bella quien le pide a su padre una rosa como obsequio. La rosa es la flor de los Iniciados de occidente, un equivalente de la flor de loto blanca en oriente, que representa el camino de la vida: las espinas representan los obstáculos, los momentos difíciles, el dolor y el sufrimiento de la jornada; en tanto que la flor representa a la Divinidad ya alcanzada, la Belleza, la Verdad y la Bondad, el final del camino.

No es de extrañar que la Bestia custodie como lo más preciado, al jardín repleto de rosas en el cuento original, ya que aquí cumple la misión del guardián del tesoro a quien habrá de traspasarse para obtener los dones del espíritu. En la versión de Disney la rosa es sólo una y desde el principio se dice que es mágica. Bella es quien desea la rosa, quien busca el conocimiento, aunque para ello haya que afrontar pruebas terribles. Éstas la llevan a "ver" más allá de las apariencias, dándose cuenta de que más allá de lo evidente se encuentra oculta la verdad, que detrás de las cosas más espantosas puede encontrarse virtud y bondad.

La Bestia al igual que Bella, juega un papel dual, como guardián del tesoro, que es la rosa, el camino de la Iniciación; y como el mismo héroe que tiene que trascender. En la versión de Disney la rosa que custodia la Bestia durará hasta los 21 años del príncipe. El número 21 tiene connotaciones simbólicas, pues es tres veces siete, el número divino multiplicado por el número perfecto; ademas de que cabe resaltar el hecho de que en muchas sociedades la edad adulta se considera a partir de los 21 años.

En la versión de Disney, la Bestia tiene dos sirvientes muy emblemáticos: Ding Dong y Lumiere, el reloj y el candelabro. El reloj que es la mera referencia del tiempo que avanza a cada momento, marcando al príncipe el lapso restante para romper el hechizo. El candelabro es símbolo de la Luz, que guiará al príncipe y a Bella a través de la obscuridad de su camino.

El príncipe cuenta con el espejo mágico, con el que le permite a Bella observar a su familia, pero más que ello, mirarse a sí misma, darse cuenta de quién es ella; de igual forma que él descubre quién es él a través de la mirada de Bella en el espejo. Sólo juntos podrían descubrir la verdadera relación que existía entre ambos para descubrir la Verdad y el Amor. Aunque tenemos que recordar que es justo después de la mirada al espejo cuando ella lo abandona para visitar a su familia con la promesa de volver.

La última prueba es ésta. La Bestia tiene que dejar ir a Bella, a partir de este punto, todo depende de ella. Las dudas puestas en ella por sus hermanas, símbolos de lo material, continuan reteniéndola, pero ella se da cuenta de la realidad y recuerda su promesa, volviendo al castillo para encontrar a la Bestia agonizando en su jardín de rosas.

Este último escenario no es mera coincidencia, pues por fin Bella ha entrado al jardín de la Rosa, ha podido traspasar el umbral, y a diferencia de su padre, quien es sentenciado a muerte por el guardián (la Bestia), ella llega a redimirlo en lugar de retarlo. Ella logra obtener la rosa no por medio del hurto, sino de la consideración y del Amor, venciendo las apariencias y liberando a la Bestia, pero también a ella misma.

En Disney, éstos últimos episodios tienen que ver con la incurrencia de Gastón, el antagonista de la historia, que representa la materialidad, la fuerza bruta y desmedida, la egolatría y la ignorancia quien apoyado por la gente del pueblo, que temerosa e ignorante, van a atacar el castillo de la Bestia, donde el héroe es casi asesinado por estas fuerzas negativas.

En ese momento la Bestia muere, al igual que la ilusión de la monstruosidad y de las cosas materiales, pero el príncipe virtuoso vive. Bella y el príncipe, transformado a su apariencia humana, alcanzan la plenitud espiritual, ambos como dos mitades de una sola cosa, como dos lados de la misma moneda, que al juntarse se liberan el uno al otro, por medio del Amor y la Virtud, descubriendo que estos dos son superiores a cualquier obstáculo y son mayores que la ilusión que divide lo bello de lo bestial.

8 comentarios:

  1. El amor todo lo puede,El amor puede ver lo que nuestros ojos no puede.
    Increíble es saber que un simple texto lleva consigo una historia, un significado, una única verdad.

    Querido Maestro0! admiro su forma de redactar, de enredar un mismo texto y llevarlo a un simple final...

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  2. Que genial y las imágenes son preciosas :D

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  3. un blog impresionante eh inspirador, gracias por tomarte tu tiempo y compartir con nosotros este vasto conocimiento

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  4. me gusto el relato y saber de los origenes de la historia. las imagenes estan preciosas.

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  5. me gusto mucho tu blog me gustaria que hicieras uno sobre el rey leon ojala y me escuches
    SALUDOS

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  6. Muy interesante, justo estoy haciendo un trabajo de esto, pero me gustaría que hubieras puesto tu nombre verdadero para citarte...

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