Generalmente, vemos películas para entretenernos, para
saltar a mundos alternos, que pueden ser fantásticos o no, pero que
definitivamente nos colocan en un contexto diferente al que generalmente
vivimos, para salir de la cotidianidad y olvidarnos de nuestros problemas por
90 minutos, aproximadamente.
Normalmente, vemos películas con grandes efectos
especiales y mucha producción, pero a veces, nos topamos con películas más
sencillas, pero con un guión excelente, muy bien trabajado y que no sólo nos
entretiene, sino que nos enseña cosas, nos hace preguntarnos acerca de la vida
y cuestionarnos los temas importantes del amor y la amistad.
The Perks of being a wallflower (Las ventajas de ser invisible, en México) de Stephen Chbosky es una de estas películas, con un excelente guión, que nos hace cuestionarnos y recordar las cosas que le dan sabor y significado a la vida.
The Perks of being a wallflower (Las ventajas de ser invisible, en México) de Stephen Chbosky es una de estas películas, con un excelente guión, que nos hace cuestionarnos y recordar las cosas que le dan sabor y significado a la vida.
La historia se centra en Charlie (Logan Lerman), un chavo
que está entrando en la preparatoria y que desde el primer día, está preparado
para ser "invisible", pasar desapercibido, sin pena ni gloria, a
pesar de ser muy inteligente y culto (cosas que en las preparatorias de E.U.A.
no es tan apreciado por la comunidad estudiantil en general).
Pero para fortuna suya, encuentra a Patrick (Ezra Miller) y
Sam (Emma Watson), dos estudiantes de último año, hermanastros, que son lo que
en general se diría, los "raros del salón"; y con quienes iniciará
una amistad que lo llevará a conocer la vida preparatoriana y mucho más que
eso. No les arruinaré la sorpresa con spoilers, pues me parece que es una
película altamente recomendable, que vale mucho la pena ver, por la calidad de
la historia y sus personajes. Así que les contaré acerca de varias de las cosas
que me hizo pensar este filme tan bueno.
Primero, les contaré que fui a verlo por obra del Destino,
porque unos buenos amigos me invitaron a verlo, casualmente. Accedí y a decir
verdad, no tenía idea de lo que iba a ver. Pero desde el principio, me metí en
la película. No fue difícil identificarme con el personaje principal, un chavo
con gran interés por los libros y el deseo ferviente de ser escritor, muy
familiar y con gran corazón. A pesar de su pasado trágico, Charlie se halla
dispuesto a seguir adelante con su vida, por más difícil que esto pueda resultar.
Muchas veces nos preguntamos ¿por qué la gente buena pasa
por cosas malas? Siempre nos han dicho que a la gente buena le pasan cosas
buenas, que si actúas correctamente serás siempre recompensado. Hasta cierto
punto, esto es cierto. Sin embargo, la vida es una escuela y a todos nos toca
aprender lecciones muy duras. Es siempre más difícil ser noble y virtuoso que
lo opuesto, eso es un hecho.
Ciertamente podemos atravesar por lapsos en los que parece
que todo está mal y que no podemos resolver nada, sin embargo, es en esos
momentos en los que debemos permanecer firmes y luchar. Tener esperanza cuando
todo lo demás se ha perdido y continuar nuestro camino. Siempre es positivo
pensar, que aquello que nos agobia hoy será algo de lo que nos reiremos mañana,
y casi siempre es cierto.
Otra pregunta que me hice al ver el filme, es ¿por qué gente
buena termina con gente que no las merece? Sí, nos ha pasado que conocemos a
alguien que es una persona noble, de buenos sentimientos, inteligente y hasta
guapa con buen cuerpo y termina con gente que es lo opuesto. ¿Cómo pasó eso? Y
lo peor es cuando una buena amiga, un primo o quien sea, se encuentra enredado
es esas situaciones.
En la película, dan una respuesta a esta pregunta: Aceptamos
el amor que creemos merecer. A veces pensamos que no podemos aspirar a más, que
nos quedaremos solos y ese miedo, a la soledad, es uno que atrae muchos
problemas consigo, haciendo que incluso no nos valoremos. Peor si es una
persona que queremos a la que le pasa eso, ya que no puedes sacarla de ahí por
ti mismo, sino que es ésa persona quien debe darse cuenta y actuar.
Afortunada o desafortunadamente, no hay nada que podamos
hacer al respecto, y esto se relaciona con otro cuestionamiento: ¿Por qué no
podemos salvar a las personas que amamos? Todos hemos pasado por momentos en
los que vemos a nuestro mejor amigo deprimido por alguna razón, en la que
nuestro hermano se halla hundido en sus problemas o nuestro vecino se agobia por
la vida.
En algunos casos, podemos ayudarlos a salir de su dilema,
actuando junto a ellos, proporcionándoles consejo o algunas palabras para
alentarlos. Pero también, nos daremos cuenta con el tiempo, que no siempre
podemos ayudarlos, salvarlos, no importa cuán duro tratemos, ni cuánto nos
esforcemos, a veces no es posible. Y resulta ser, que la respuesta es, que no podemos salvar a quien
no quiere ser salvado, por mucho que nos duela y por más difícil que nos
resulte.
Sí, la vida puede ser dura, muy dura. Nuestros esfuerzos resultan
inútiles y nos sentimos impotentes, de no poder hacer más por las personas que
amamos. Nos decimos a nosotros mismos que no los dejaremos, y así es, pero no
podemos hacer mas que estar ahí y esperar a que salgan de esa obscuridad.
Otro pensamiento, me llevó a preguntarme acerca de la
amistad. Muchos pensadores afirman que “amistad que termina, es que no había
comenzado” o “la amistad trasciende vidas”, lo que nos dice que la amistad es “para
toda la vida”. El ideal de la amistad (como el del amor) afirma que no importa
el tiempo ni la distancia, siempre durará. Pero existen momentos decisivos en
nuestra vida, en los que las personas salen de ella, por una u otra razón.
Es ahí donde surgen las interrogantes ¿fue amistad o sólo
una ilusión? ¿la amistad tiene fecha de caducidad? Es difícil desprenderse de
un amigo, aun cuando ya no actúe como tal con nosotros. Probablemente se haya
creado cierta distancia con ellos, por algún problema o enfrentamiento, algún
malentendido, la falta de tiempo para verse…
No lo sé, pueden ser tantas cosas. Sin embargo, en el filme
se aprende algo, que no importa cuán lejos (literal o metafóricamente) estemos
de nuestros amigos, la amistad que vive en nuestro corazón es la llama que no
debe apagarse, mientras estemos dispuestos a estar ahí para ellos, cuando nos
necesiten; cuando escuchemos el llamado y atendamos, cuando nos llamemos para
tomar ese café o esa cerveza y nos dé tanto gusto encontrarnos, ahí vive la
amistad.
Y es que The Perks of being a wallflower (Las ventajas de
ser invisible) finalmente llega a una conclusión: la vida se trata de pequeños
momentos, de instantes que capturan nuestra alegría y se traducen en
felicidad. De que en la vida debemos
centrarnos en el aquí y en el ahora, viendo al pasado sólo para recordar los
buenos momentos que disfrutamos y las cosas que aprendimos; y al futuro con la
esperanza de que todo estará bien. Ahí perdemos nuestra finitud y nos volvemos
infinitos, por un instante, mismo que captura la eternidad.