martes, 7 de abril de 2009

La Trinidad Divina

La Divinidad fue, en la mayoría de las culturas y religiones, considerada como una Tríada o Trinidad. Éstas, aunque parezcan diferentes simbolizan lo mismo.

El universo, nuestro planeta, las moléculas y átomos, nosotros mismos y Dios (que comprende de todo lo anterior y muchísimo más) tienen tres partes importantes. Los átomos tienen sus tres elementos esenciales que son el protón (positivo) el electrón (negativo) y el neutrón (de carga neutra), estas tres partes integran el átomo que es la unidad fundamental de la materia.

Nuestro planeta esta compuesto de varias Tríadas: Por la disposición del mundo se puede dividir en lo que es el Cielo, el Océano y la Tierra; el reino elemental, el vegetal y el animal.

Según las distintas religiones se encuentran lo que es Padre, Madre e Hijo que representan a los dos principios esenciales y lo que surge de ellos.

El Padre, es todo lo masculino, es la ciencia y la luz. Es el espíritu y la esencia primera. Se ha representado como Dios del Sol, del Cielo, del aire y de las cosas más etéreas. El Padre es de donde todo surge, y corresponde a la lucha, al discernimiento, la sabiduría y el conocimiento.

La Madre es todo lo femenino, la religión, el esoterismo y la obscuridad. La Madre representa al físico, ya que es el oponente del espíritu. Aunque si habláramos de los niveles que corresponden (espíritu, mente y físico) la Madre vendría siendo la mente, la parte creadora, la que redime, la que siente y ayuda. Generalmente ha sido la Diosa de la Tierra, del agua, de la naturaleza y de las cosas más cercanas a los seres humanos.

El Hijo, que es la tercera parte de la Trinidad, es el balance de los dos principios opuestos y necesarios. Surge como un mediador entre el cielo y la tierra, como la mente que se encuentra entre el físico y el espíritu, aunque en otros varios casos viene siendo el mundo material, ya que en todas las religiones el Hijo viene a ser la Encarnación de Dios, por lo que se encuentra más cerca de la humanidad.

Para explicar mejor estos conceptos tendremos que no solo utilizar conceptos teológicos sino científicos, apoyándonos con la física cuántica.

La Substancia es la parte física de Dios, la existencia. La existencia implica una causa, todo lo que existe es consecuencia de una serie de causas. La existencia siempre tiene un principio y un fin. En nuestro mundo todas las cosas nacen y mueren, se crean y se destruyen. Es en este mundo de la existencia donde tienen lugar el tiempo y el espacio.

En esta faceta de la Divinidad, existe lo que son los Avatares, las encarnaciones de Dios. Sin embargo, lo que han enseñado los grandes maestros de la humanidad ha sido que todos somos encarnación de Dios, solo que necesitamos obtener consciencia de que somos Dios. Esta parte de la Deidad esta vinculada con lo que en las religiones ha sido la Tierra y el Inframundo. Pero está realidad, así como las otras, intenta, y logra en muchas ocasiones hacernos creer que es la única. Es por eso que los animales luchan por sobrevivir, los seres humanos aparte de luchar contra la adversidad, intentan satisfacer sus deseos materiales y sus anhelos con este mundo físico.

La realidad material es muy poderosa e influyente, nos hace pensar que las cosas son como son y que no se pueden cambiar o alterar. Es por eso que se encuentra ligada a la Tierra, porque este elemento es rígido, duro, inflexible y el menos maleable de los elementos. En la física cuántica es llamado la realidad material, y es aquí donde existe la distinción entre el tú y el yo, entre el árbol y la piedra, el animal y el vegetal, etc.

La Consciencia, es la parte pensante del ser, en ésta realidad, llamada campo cuántico por los físicos, solo existe la energía. Toda la materia es en realidad energía en reposo, por así decirlo, justo y como lo estableció Albert Einstein en su teoría de la relatividad: E=mc2. Energía igual a masa constante al cuadrado.
Toda la materia esta compuesta por átomos, los átomos a su vez, se componen de electrones, protones y neutrones que no son, como muchos pudieran pensar, partículas sólidas, sino que por el contrario, son energía en constante movimiento. Su velocidad es tan rápida, que a la impresión del ojo humano (o animal) nos dan la impresión de solidez. Y de hecho, entre estás partículas de energía existe un espacio “vacío”. Entonces deducimos que todo, absolutamente todo es energía, ya sea en reposo (materia) o activa.

Las palabras, los pensamientos y los sentimientos son energía activa en nuestro entorno. Y si bien, podemos alterar químicamente una substancia agregándole otra, o cambiar la forma física de algún objeto mediante las herramientas y el trabajo físico, es en ésta realidad, donde la energía modifica y transforma a la energía. Las palabras, los pensamientos y los sentimientos, constituyen energía pura capaz de alterar la demás energía del entorno, y como la materia es también energía, también puede ésta ser modificada por estos medios. Es por eso que se promueve la mentalidad positiva ante las situaciones, ya que nuestro entorno se llena de energía positiva actuando a nuestro favor. Los grandes maestros que sabían esto, pudieron realizar varios milagros alterando la materia.

En esta realidad todo es energía, no importa de que clase, ya que toda la energía se manifiesta en ondas electromagnéticas que se miden en fotones. Es aquí donde el tiempo y el espacio son relativos, flexibles y moldeables. Todos estamos ligados, los unos con los otros. No existe diferencia entre el tú y el yo porque todos somos energía, todos somos iguales: la piedra y el árbol, el animal y el vegetal, etc.

La Esencia es la parte completamente inmaterial de Dios. Según la física cuántica, a este mundo se le llama campo virtual. Aquí no existe ni materia ni energía. Este es el principio de todo, y es justamente de donde todo proviene. Según la teoría del “Big Bang” el universo se desarrolló después que una masa de energía explotó, pero esta energía provenía del campo virtual, de ahí nace toda esa energía que posteriormente explotaría para dar pauta a la existencia de la materia.

En esta realidad cuestiones como los sentimientos, los pensamientos, los colores y cualquier otra cosa no existen, porque todo ello se encuentra ahí al mismo tiempo, es decir, todo es infinito. A diferencia del mundo material que es finito, el campo virtual es infinito, por lo que no hay límites, y todo absolutamente es.

En el campo virtual todo es, no tiene principio ni fin, no tiene causa ni consecuencia. No existen ni el espacio ni el tiempo. Aquí, todos somos lo mismo, todos somos uno. Todos somos eternos e infinitos, y en realidad todos somos Uno, y es aquí donde esto tiene lugar. Es aquí a donde los grandes maestros regresaron, volvieron a ser Dios, de ahí provenimos y ahí regresaremos, pero cada quién a su tiempo.

Estas tres partes son las facetas de Dios, que conforman al universo en su totalidad, en su parte material, mental y espiritual. Según todas o casi todas las religiones existen tres Dioses que constituyen a la misma y Suprema Divinidad: el primero es el ente espiritual, el Dios primigenio que se mantiene apartado de todo lo que es materia, incluso de su creación. El segundo es el Demiurgo, éste creó al universo y la materia. El tercero es el Universo en sí. Aquí entran las maneras de ver a Dios: teísmo, deísmo y panteísmo. Todo esto se manifiesta de los tres modos que no son sólo teológicos, sino también científicos.

Algo muy importante es que Dios es infinito y eterno, que a pesar de ser seres razonables solamente nos vamos por la etimología, el significado de estas palabras. Con esto quiero decir que sabemos que Dios no tiene principio ni fin, ni limites ni fronteras, que esta más allá de cualquier cosa que podamos discernir, pensar, sentir, imaginar…etc. Dios al ser infinito no puede ser descrito con palabras, se puede intentar, pero no es algo posible. Cuando la gente dice que Dios es malo o bueno, la realidad es que Dios no es bueno ni mucho menos malo, es Infinito y es Todo.

3 comentarios:

  1. Buenisimo,

    Lo conoces a Noe Molina ( ateísmo para Cristianismo)

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  2. Hola Manu, quiero que me respondas algo según tu opinión,¿ nosotros podríamos saltar inmediatamente de este plano tridimensional al plano absoluto, o mas bien debemos respetar y subir de a uno ciertos escalones,como ser: 4,5,6, etc.. dimensiones?.

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  3. Nuestro universo es un producto de una tensión dinámica entre el absoluto y la fuerza de la contingencia.

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